viernes, marzo 25, 2005

Producto Total

¿Cuándo fue la última vez que fuiste a la tienda y buscaste tu revista favorita? ¿Qué sentiste la última vez que no la encontraste? Al no encontrarla ¿cuántas cuadras recorriste para poderla tener en tus manos? Sin duda cuando hablamos de nuestras cosas favoritas y hacemos hasta lo imposible por tenerlas, es porque estamos hablando sobre una relación emocional.

Todo lo que nos rodea tiene una conexión, no muchas veces tenemos una conexión emocional con todo. Tenemos una conexión emocional con aquellas cosas que nos hay generado experiencias satisfactorias. Tenemos un fuerte lazo con aquella correa de nuestro primer perro la cual nos negamos a desechar, porque está llena de recuerdos, bueno, aquí entre nosotros, la verdad no es que las cosas guarden recuerdos, somos nosotros que utilizamos estos instrumentos como detonadores de ellos.

Ha sido tal el grado de compenetración en el consumo de productos que sin querer realizamos constantemente conexiones emocionales. Un ama de casa puede tener una conexión emocional con su detergente cuando éste al probarlo por primera vez, le dio garantía de frescura, olor, brillo a sus pisos, cosa que probablemente no hizo alguno otro. O puede haber una razón más allá: es el aroma con el cual su madre ya fallecida limpiaba su casa y por ello ella lo prefiere.

Para que un producto pueda aspirar a tener una conexión emocional con el consumidor lo primero que deberá de hacer es que aquello por lo que fue hecho sirva. Ese es el primer paso. Imagínate un refrigerador que no enfríe, de entrada será rechazado.

El segundo punto es que deberá hacer algo más por lo que fue creado. Un refrigerador – para seguir con el mismo ejemplo – no sólo enfría, sino tiene anaqueles que permite administrar mejor el espacio.

Tercero, un producto además de dar algo más, que no es su principal función, deberá de hacer algo que el consumidor ni siquiera pide, pero le es importante: éste refrigerador además de enfriar, y tener una buena distribución del espacio, ahorra energía.

Y cuarto, por si fuera poco, el producto deberá de tener ese algo extra que aunque el consumidor no lo pide, le ayuda a asegurar su inversión y posibilita crear lealtad a futuro: este refrigerador, al cumplir tres años de uso, tendrá derecho a un servicio de mantenimiento por cargo de la empresa.

Cuatro momentos que convierten al producto en uno que otorga valor más allá de lo que el consumidor estaba esperando. A esto, muchos autores lo reconocen como el concepto del Producto Total. Y este concepto lo hemos abordado explicando cómo construir una conexión emocional.

Cuando hablamos de política, podemos importar estos conceptos y desarrollarlos. Ante un panorama de incredulidad, lo que cualquier político desearía sería lograr una conexión emocional. Pensemos por un momento ¿por qué el Partido Verde, con tanta alharaca de corrupción a su alrededor, sigue presente en la opinión pública? Porque desde hace un tiempo, ha impulsado una campaña en donde expresa de reformas que ha impulsado el partido a favor de los niños enfermos, del seguro familiar, de la atención médica gratuita.

Está haciendo algo que no es en sí lo que una persona podría esperar de un partido que se haga llamar “Verde Ecologista”, está yendo más allá. Eso es en el aspecto de la comunicación, dudo sí lo que dicen ahí sea verdad, pero la percepción de muchas personas es esa: el Partido Verde se preocupa por lo niños de escasos recursos.

Andrés Manuel López Obrador está muy presente en la opinión pública, y lo está porque está haciendo cosas que no se esperaban de un Gobernador, al inicio de su gestión, cuando todos los perredistas gritaban a todo pulmón consignas contra el Presidente Fox, AMLO lo único que decía es: yo respeto la investidura presidencial. Y aunque nadie se lo pedía, él solito decía: hay tregua para no atacar al Gobierno Federal.

De esta forma, si aplicamos el modelo de Producto Total, podemos decir lo siguiente: primero lo mínimo que se espera de un candidato a un puesto de elección popular es que éste tenga propuestas, tenga un proyecto de gobierno: ¿qué cambios realizará – benéficos por supuesto – para mejorar la situación actual? Obviamente estas propuestas se desprenden de los problemas que la comunidad enfrenta.

Segundo, qué es aquello que el candidato puede proponer que no necesariamente están dentro de los problemas a atender de la comunidad: una vía rápida, un parque, un estadio, un centro de atención para la mujer.

Tercero, qué es aquello que el electorado no espera de éste candidato: ayuda a los enfermos de SIDA. La creación de una fundación en pro de los niños con problemas renales. Hay que pensar. Y cuarto ¿qué podría ser aquello que el electorado no espera, pero le dará confianza para considerarlo a él para el puesto de elección popular? Que cada dos años haga un referéndum que califique su gestión – les suena conocido -. Que haga una declaración de bienes patrimoniales antes, durante y después de su gestión. En fin, hay muchas cosas.

Por último y no por eso menos importante, recuerda que todo, absolutamente todo lo que se diga y se proponga se deberá de cumplir. Pues las expectativas pueden ser muy altas, y si se empieza a volar, la altura que se pueda ganar será difícil de controlar, así que todo lo que se exponga deberá de ser: posible, mesurable, alcanzable y acorde con la realidad.

En este artículo nos hemos enfocado en la esencia de la política: la resolución de problemas. O como diría Platón: la política es para hacer un mundo feliz. En una próxima entrega hablaremos de la imagen. Mientras te dejo una pregunta a manera de reflexión:

Si fueras el candidato a un puesto de elección popular como Gobernador, de un estado con altos índices de mortalidad infantil, donde hay altos niveles de analfabetismo, en donde los niveles de desempleo son altos y el campo está siendo abandonado porque piensan que es mejor cruzar del otro lado, ¿cómo organizarías tu mezcla de Producto Total?

viernes, marzo 18, 2005

Planeación Estratégica

¿Sabes tu lo que vas a hacer mañana? Por un momento detente y reflexiona... mmm hoy es viernes, y el día de mañana tendré una reunión por la noche, de esta forma tendré que ir a encerar el auto, después voy a comprar una camisa, o incluso un par de zapatos, etc. Siempre estamos predispuestos a lo que va a acontecer, es una característica de la cual no nos podemos desprender, siempre estamos pensando en el qué pasará... ¡dios bendito!

Esto es Planeación Estratégica, en palabras sencillas es la visualización de un entorno ideal que estamos planteando y la construcción de metas a corto plazo que nos permitan llegar a ese escenario ideal. Tienes una fiesta y para llegar a todo lo que das a ella tienes que ir construyendo pequeñas metas para completar una más grande.

En el aspecto comercial, las metas son: posicionar una marca, lograr tanto porcentaje de ventas etc. En el caso del Marketing Político, será obviamente ganar la elección. Y para llegar a ese escenario ideal ya en estos tiempos modernos, desde el Presidente actual de México (que es mi país de origen), Vicente Fox, nos dimos cuenta que esas pequeñas metas se construyen con 6 años de antelación.

Pero ¿qué necesitas para hacer Planeación Estratégica?, es muy fácil, el modelo que explicaré a continuación es uno muy sencillo que, seas o no político, te podrá ayudar para lograr un pensamiento estratégico:

PRIMERO.- Tienes que definir una misión ¿cuál es tu principal propósito?, ¿qué es lo que quieres lograr en la vida o en tu carrera política? ¿Cuál sería tu punto de inspiración? Por ejemplo: la meta de Nike que estableció desde los años 70 es "Inspirar a todo aquel atleta en el mundo, si tu tienes un cuerpo, tú eres un atleta". ¿Tu qué quieres lograr?. Un ejemplo político: Rincón Gallardo, abanderó a las minorías como los discapacitados, los marginados y todos aquellos grupos sociales que son de alguna manera discriminados.

SEGUNDO.- Tienes que plantear un escenario, que vaya acorde con tu misión: ganar la gubernatura del DF. Ganar la elección presidencial, ganar el premio nobel en química.

TERCERO.- Definiendo tu escenario ideal tienes que analizar tus fortalezas y debilidades, y observar en el entorno tus oportunidades y amenazas. ¿Qué fortalezas tienes para alcanzar tu escenario ideal? ¿Cuáles son tus debilidades, o sea en dónde deberías esforzarte más? Y por el otro lado ¿qué cosas externas te ayudarán para alcanzarla, o sea tus oportunidades? Y ¿cuáles cosas están amenazando el cumplimiento de tu meta?

CUARTO.- Por cada uno de los cuatro elementos, deberás de enlistar aquellas cosas que deberás hacer para minimizar las amenazas y fortalecer tus debilidades, para incrementar tus fortalezas y aprovechar tus oportuniaddes. Éstos serán tus estrategias a corto plazo que deberás trabajar.

QUINTO.- Cuando hayas enlistado tus estrategias, ahora decide cómo solucionarlas, estas serán tus tácticas.

SEXTO.- Cuando tengas tus tácticas tendrás que enlistarlas de nuevo en aquellas que son más fáciles de realizar, hasta las más difíciles, y ponerles tiempos: la primera en una semana, la segunda en dos meses, la tercera en un año, etc, etc. Así armarás un cronograma.

SÉPTIMO.- Cuando ya tengas tu cronograma, preguntate por cada rubro ¿qué necesito en dinero y en recursos para lograr esta táctica? De esta forma podrás armar un presupuesto económico y en recursos.

Y listo! Queridos lectores han sido testigos de un programa de Planeación Estratégica que puede ser aplicado en todo tipo de circunstancias, ya sea en tu vida diaria, en tu trabajo, en tu negocio e incluso para tí amigo político que buscas alguna candidatura, ya sea diputación o gubernatura.

En la medida que vayamos avanzando a través del tiempo, podremos ir descubriendo y analizando más aspectos sobre el marketing político, por el momento te dejo la siguiente pregunta a reflexión:

¿Si fueras candidato a la presidencia de tu país, y algunos años para planearlo, qué misión plantearías?

viernes, marzo 11, 2005

¿Qué es un producto?

¿Qué es un producto? Cualquiera puede decir que un producto es un jabón, una pasta de dientes, un detergente, en fin, son muchas cosas. Una definición clásica de un producto es aquel tangible que satisface una necesidad. Hoy en día, aunque muchos probablemente no estén de acuerdo, salvo se actualicen, un producto no necesariamente satisface una necesidad y no necesariamente es un tangible. ¡Pácatelas!

Un producto es simple y llanamente toda aquella cosa que encuentra un comprador. O sea que cualquier cosa que sea suseptible de ser adquirida se convierte automáticamente en un producto, así sea una cosa usada, una cosa nueva, una crema reductiva para bajar de peso, un cigarro fuera de la cajetilla, una lámpara rota, en fin... cualquier cosa.

Un producto para ser producto se compone (aunque no necesariamente) de características tangibles e intangibles. Los tangibles son la materia, o sea de qué está hecho, y el intangible es más qué representa, qué dice, cómo se expresa. Mientras una cosa es material la otra es inmaterial. Para que quede más claro, un día domingo te invito a que cuando todos se dispongan a comer, le quites a uno de los refrescos la etiqueta, podrás ver que serán pocas las personas quienes se sirvan de ella.

Hoy los intangibles han ganado terreno. Lo mismo ocurre en el terreno político. Los políticos tienen tangibles: son personas de carne y hueso. Pero sus intangibles son trementos: algunos son tildados de corruptos, otros de complotistas, lamentablemente son pocos los catalogados como "buenos". Lo más sorprendente de todo es que todos ellos, o mejor dicho, cualquiera de ellos, cuando ocurre alguna postulación son un pan de dios, descubrimos sus virtudes, hasta incluso se ven más guapos, y guapas. ¡Increible!

Ser político es debatirse siempre entre el bien y el mal. Si los analizamos todos los políticos viven al filo de la navaja, se debaten entre el honor y deshonor, y sobre todo entre la verdad y la mentira. Invariablemente todos los políticos que vemos, los observamos defendiendose, ellos siempre tienen la verdad, y los demás son difamadores del bien y la justicia.

De esta forma, los intangibles en los políticos son "valores", todos aquellos que tengan para sí los valores que comparten la mayoría de los mexicanos, serán aquellos políticos quienes tendrán las mayores posibilidades de triunfo en sus postulaciones. Los intangibles en el político está más ligado a su personalidad, a su imagen, hay políticos que parecen teiboleros, tal cuál pancho cachondo; hay otros que ostentan una imagen tradicional, como Beatriz Paredes, y otros más que se ven muy clásicos, con chamarras de cuero y toda la cosa, como Roberto Madrazo. También los hay campiranos, rancheros como Vicente Fox. O quienes ostentan la imagen de trabajadores, como Andrés Manuel López Obrador.

Los tangibles en los políticos están también con relación en su imagen, si son gordos son bonachones, si son delgados, son activos, prestos, rápidos. Si son bigotones son amigables, incluso con berba, para muchas mujeres hasta los ven varoniles. En fin. Lo más importante es que ambos factores, tangibles e intangibles sea acordes. Estén en un mismo tenor. lograr una integración de los dos.

En la medida que vayamos avanzando a través del tiempo, podremos ir descubriendo y analizando lo que es el marketing político, por el momento te dejo la siguiente pregunta a reflexión:

¿Qué atributos podrías construir para tí, si fueras político, tanto en el aspecto tangible, como en el intangible?