El marketing político siempre estará encaminado a la venta de las ideas, pues la política se basa en buscar – como Platón lo decía en su libro La República – la felicidad. No por nada los slogan del PRD siempre aluden de forma explícita a este principio teórico: “la Ciudad de la Esperanza”.
Como sabemos todos, López Obrador está en uno de sus momentos más críticos, pues la creía ganada, fue un enorme globo que de repente se desinfló, recordemos que él mismo se veía ya viviendo en Palacio Nacional, ya había considerado el destino de Los Pinos y si recuerdan ya había dicho cuál sería su recámara en el Palacio Nacional, ¿exceso de confianza?
Pero Reforma desinfló a López Obrador, la toma de calles lo único que hizo fue que los radicales se aferraran más al movimiento, les dio confianza y certeza de que las cosas iban a cambiar, todos aquellos grupos, de los más fieros y – porqué no decirlo – de los más resentidos por tantos y tantos años de promesas de bienestar, lo apoyaron sin duda.
Pero toda esa clase media y clase media baja que creyó en él, y uno que otro de la clase alta, solamente se decepcionó del movimiento, porque se vieron afectados. El bloqueo de Reforma no tenía el objetivo de crear adhesión al movimiento, tenían el objetivo de golpear políticamente al gobierno federal.
¿Qué le faltó a López Obrador y a su equipo? Les faltó planeación estratégica, que a mi parecer no hicieron, ellos se abocaron a hacer lo que en el pasado habían hecho en Tabasco, pero Reforma no es Tabasco, ni lejos. Un sencillo ejercicio hubiera sido poner en claro cuál es el objetivo que persiguieron: golpear al gobierno federal o crear adhesión al movimiento.
Si era el primero, de la forma en la cual lo hicieron estuvo muy mal llevado, pues perjudicaron a miles de personas que pudieron ser afines a la causa, los perdieron y crearon animadversión. Si querían golpear a las personas que “tienen dinero”, les falló, pues los que en verdad tienen poder económico, no les interesaba cerrar un restaurante en Reforma, si tienen otros en otras zonas. Los que poco tienen fueron los más afectados.
Si era el segundo, peor, nuevamente los afectados fueron los que menos tienen, porque lo grandes inversionistas, los que tienen capital no estaban en Reforma, pueden reponerse rápido. Cualquiera puede darse cuenta que el objetivo de López Obrador no era ni golpear al gobierno federal, ni golpear a los que tienen dinero ni crear adhesión a su causa, su objetivo era el 16 de septiembre, retar directamente al Presidente. ¿Alguien tiene una mejor idea?